sábado, 19 de enero de 2013

Hacer justicia



[de  internet]


“En un momento de la cena-homenaje, tal vez a los postres, le gritó a Wieder: ¡Carlos, mañana te vas a matar! A todos les pareció de pésimo gusto. Entonces ocurrió el incidente con el marino. Luego hubo discursos y a la mañana siguiente, después de dormir tres o cuatro horas, Wieder voló hasta el Polo Sur. El viaje fue pródigo en incidentes y en más de una ocasión estuvo a punto de cumplirse el pronóstico de la desconocida, a la que por cierto ninguno de los invitados volvió a ver. Cuando regresó a Punta Arenas Wieder declaró que el mayor peligro había sido el silencio. Ante el estupor fingido o real de los periodistas, explicó que el silencio eran las olas del Cabo de Hornos estirando sus lenguas hacia el vientre del avión, olas como descomunales ballenas melvilleanas o como manos cortadas que intentaron tocarlo durante todo el trayecto, pero silenciosas, amordazadas, como si en aquellas latitudes el sonido fuera materia exclusiva de los hombres. El silencio es como la lepra, declaró Wieder, el silencio es como el comunismo, el silencio es como una pantalla blanca que hay que llenar. Si la llenas, ya nada malo puede ocurrirte. Si eres puro, ya nada malo puede ocurrirte. Si no tienes miedo, ya nada malo puede ocurrirte. Según Bibiano, aquélla era la descripción de un ángel. ¿Un ángel fieramente humano?, pregunté. No, huevón, respondió Bibiano, el ángel de nuestro infortunio.”




Estrella distante, de Roberto Bolaño -1996-

2 comentarios:

  1. Según el autor, aproximación modesta al mal absoluto, encarnado en el piloto de la FACH Carlos Wieber que, habiéndose hecho pasar por el poeta Alberto Ruiz-Tagle, no es castigado por sus fechorías criminales.

    Maldad a la que el lector-espectador se acostumbra gradualmente, como al aire que respira.

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  2. "El silencio ronda en los patios sin dejar papeles escritos, aquello que después llamaremos obra. El silencio lee cartas sentado en un balcón.Pájaros como ronquera, como mujer de voz grave. Ya no pido toda la soledad del amor ni la paz del amor ni los espejos.El silencio esplende en los pasillos vacíos, en las radios que ya nadie escucha. El silencio es el amor así como tu voz ronca es un pájaro. La mano de ella apagó la radio"
    (Amberes. Roberto Bolaño)

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