jueves, 9 de mayo de 2013

De lo que está por llegar, o ya fue




[New York movie, de Edward Hopper (1939)]

“Los cuadros de Hopper son breves y aislados momentos de figuración que sugieren el tono de lo que habrá de seguir, al tiempo que llevan adelante el tono de lo que los ha precedido. El tono, pero no el contenido. La implicación, pero no la evidencia. Son profundamente sugerentes. Cuanto más impostados y teatrales resultan, más nos mueven a preguntar qué sucederá después; cuanto más parecidos a la vida, más nos impulsan a construir el relato de lo que ha acontecido antes. Nos atrapan justo cuando la idea de tránsito no puede estar lejos de nuestras mentes: al fin y al cabo estamos acercándonos al lienzo, o alejándonos de él. El tiempo que pasamos con un cuadro debe incluir –si tenemos consciencia de nosotros mismos- lo que este nos revela sobre la naturaleza de la continuidad. Los cuadros de Hopper no son vacío en un rico proceso. Son todo lo que puede extraerse de un vacío en el que no se siente tanto la presencia de los acontecimientos de una vida como del tiempo que precede a esa vida, o que la sucede. Una oscura sombra se abate sobre estas pinturas, haciendo que cualquier relato que construyamos tomándolas como punto de partida parezca sentimental o impertinente.”


Hopper, de Mark Strand -1994-


5 comentarios:

  1. Si digo que me fascina, digo poco, algo casi insustancial. Hopper tiene la capacidad de hacerme volar a su encuentro, en aquella habitación, en aquel cruce de caminos ante la gasolinera. No podría imaginar nada más sugerente que perderme en sus paisajes, entre sus personajes y reescribir lo que nunca sucedió.

    Este libro recoge las sensaciones íntimas del autor, enfrentado a los mensajes cifrados que Hopper expone a sus ojos.

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  2. Ese instante que Hopper atrapa en sus cuadros me ha llevado tambien a mí a pensar qué hubo antes, pero tambien cual podría ser el devenir de la historia.
    Intentaré buscar ese libro.
    Un abrazo

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    1. Si lo encuentras, te gustará. Es un libro no muy grande, manejable, con la reproducción de algunos de sus cuadros. Son las propias impresiones de Strand ante la obra de su amigo Hopper, pues lo conoció.

      Es un libro perfecto para todo eso: para descubrir el hilo argumental de la historia y desenredar el motivo último de la instantánea.

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  3. genial tu entrada me ha gustado mucho, beso

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