[Fire Dancer] |
“Hacer malabarismos
equivale a negar tanto la fuerza de la gravedad como la multiplicidad de las
cosas. La apuesta del malabarista consiste en asegurar el movimiento perpetuo y
aéreo de un modo pesado y multiplicador.
[…]
El que hace malabares con
fuego añade a esta apuesta una cláusula demencial: además del peso y del número
correspondiente, la materia lleva implícito un riesgo. Si, durante una fracción
de segundo, esta propiedad se mantiene en contacto con el cuerpo, quema.
En cuanto a los
bailarines de fuego, son algo absolutamente demencial: aquí el malabarista con
fuego convierte su técnica en un acto total, no sólo para realizar prodigios
con los brazos sino para encarnar su milagro de la cabeza a los pies.
[…]
Los fire dancers no han creado su arte por el simple placer, algo
vulgar, de lograr el más difícil todavía. Asociar ambos dioses, la danza y el
fuego, resulta profundamente lógico. Contemplar a grandes bailarines en
movimiento produce la misma emoción que contemplar una hoguera en llamas: el
fuego baila, el bailarín se quema. Es el mismo movimiento, tan áspero como
armonioso. Es el combate sin vencedor entre Dioniso y Apolo, la continua
alternancia del peligro y del dominio, de la locura y de la inteligencia, del
deseo y de la plenitud.”
Matar al padre, de Amélie Nothomb -2011-