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[de internet] |
“Ahí
está: la luz al otro lado del agua. Vuestra historia. La mía. La de él. Hay que
verla y creer en ella. Hay que oírla. En el infinito parloteo de la narrativa,
a pesar del bullicio del día a día, la historia espera a ser oída.
Hay
gente que dice que las mejores historias no tienen palabras. No les criaron
para ser fareros. Es cierto que las palabras se desvanecen y a menudo las cosas
realmente importantes no se dicen. Las cosas importantes se aprenden en los
rostros, en los gestos, no en nuestras lenguas encarceladas. Las cosas
auténticas son demasiado pequeñas o demasiado grandes, o en cualquier caso
nunca tienen el tamaño adecuado para encajar en el templo llamado lenguaje.
Eso ya
lo sé. Pero también sé otra cosa, porque me criaron para ser farera. Apagad el
bullicio del día a día y al principio sentiréis el alivio del silencio. Luego,
muy quedo, tan quedo como la luz, regresa el significado. Las palabras son la
parte del silencio que puede ser hablada.”
La niña del faro,
de Jeanette Winterson -2004-
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[Fragmento en El caimán sincopado] |