“Para
una ninfómana como yo, supongo que no hay trabajo mejor que la prostitución; es
el destino que Dios tenía reservado para mí. No importa lo violento que pueda
llegar a ser un hombre, o su aspecto físico: cuando estamos juntos en la cama
no puedo evitar amarlo. Es más, cumplo todos sus deseos, independientemente de
lo vergonzosos que sean. De hecho, cuanto más retorcidas sean las peticiones de
mis amantes, más me atraen, ya que mi capacidad para cumplirlas es la única
forma que tengo de sentirme viva.
Ésa es
mi virtud, y es también mi mayor defecto: no puedo rechazar a un hombre. Soy
una vagina encarnada, la personificación de la esencia femenina. Si alguna vez
rechazara a un hombre, dejaría de ser yo.”
[del diario de Yuriko]
[de internet] |
“No
tengo muchos recuerdos de la infancia y, los que tengo, preferiría olvidarlos.
Mirándome al espejo del baño, no puedo evitar recordar momentos desagradables
del pasado. Ahora tengo treinta y siete años, aunque todavía conservo un
aspecto juvenil. Hago dieta, de modo que estoy delgada y aún puedo llevar una
talla dos, pero dentro de tres años tendré cuarenta, y eso me aterroriza.
Cuando una mujer cumple cuarenta se convierte básicamente en una vieja bruja.
Al cumplir treinta creí que ya iba de capa caída, pero no era nada comparado
con cumplir cuarenta. A los treinta aún hay esperanza que me seleccionaran
finalmente para algo importante en el trabajo, algo que certificara mi éxito, o
que conocería al señor Perfecto, o algo igual de ridículo. Ahora no pierdo el
tiempo con ideas semejantes.
Siempre
me turba cambiar de década, como cuando me tambaleaba entre los diecinueve y
los veinte o entre los veintinueve y los treinta.
Empecé
a prostituirme cuando cumplí treinta. Me molestaba no tener experiencia pero,
cuando dije que era virgen, en seguida apareció un cliente sólo porque sentía
curiosidad. Sin embargo, no me gusta recordar ese momento. En aquella época
pensaba que nunca llegaría a los cincuenta, incluso dudaba de si viviría hasta
los cuarenta. En cualquier caso, pensaba que era mejor morir que convertirse en
una vieja bruja. Exacto. Prefiero morir; la vida no tiene sentido para una
vieja.”
[del diario de Kazuo]
Grotesco, de
Natsuo Kirino -2003-
En esta segunda novela, Kirino vuelve a hablarnos de las mujeres niponas, enfrentadas siempre a las estructuras y convencionalismos sociales. Pero, en esta ocasión, introduce aspectos genéticos (belleza, capacidad intelectual, la maldad como fenómeno congénito) para ver su efecto en el sistema educativo y laboral, en el de las clases y los valores sociales.
ResponderEliminarDos mujeres, Yuriko y Kazue, muy diferentes entre sí, acaban dedicándose a la prostitución y muriendo a manos de un cliente. La historia la cuenta la hermana mayor de Yuriko, aportando su testimonio, los diarios de las difuntas y el expediente judicial del presunto asesino. No se puede considerar novela negra porque no tiene acción y los crímenes se conocen desde el minuto uno. La autora realiza sobre todo un relato psicológico e introspectivo de los personajes, para que comprendamos lo que motiva sus actos. Y que no es más que el factor competitividad. De ahí la envidia, los complejos, el odio, la frustración, los esfuerzos desproporcionados, los dramas familiares, y las vidas destrozadas.
En resumen, un retrato grotesco de cada una de las almas puestas en juego.
Novela que suscita emociones intensas en el alma de cada personaje.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por tu resumen.
Novela que suscita emociones intensas en el alma de cada personaje.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por tu resumen.