“- Doctor Lanning, es posible crear un robot humanoide capaz
de duplicar a la perfección un ser humano y su apariencia, ¿verdad?
Lanning permaneció reflexionando largo rato.
- Ha sido hecho experimentalmente por la U.S. Robots –dijo a
su pesar- sin el aditamento del cerebro positrónico, desde luego. Empleando
óvulos humanos y control hormonal se puede desarrollar carne y piel humanas
sobre un esqueleto de plásticos porosos de sílice que desafiarían cualquier
examen externo. Los ojos, el cabello, la piel, serían realmente humanos, no
humanoides. Y si le añade usted un cerebro positrónico y demás dispositivos
interiores, obtiene usted un robot humanoide.
- ¿Cuánto tiempo se necesitaría para fabricarlo?
- Si dispone usted de todo su equipo –dijo Lanning después
de haber reflexionado-, el cerebro, el esqueleto, el óvulo, las hormonas
adecuadas y las radiaciones, digamos dos meses.”
Yo, robot, de
Isaac Asimov -1950-
Asimov construye un relato homogéneo a partir de varias intrigas que ponen en relación el avance tecnológico y la aceptación del cambio. Hombre versus máquina. Y lo hace fuera del tiempo, con una normalidad sorprendente y fuera de toda duda. Supongo que sería impactante leerlo en los 50’s tanto como es hacerlo ahora y darte cuenta que estamos justo al principio.
ResponderEliminarExcelente! La respuesta final no tiene precio. Eso sí, conmigo que no cuenten para fabricar ninguno, eso de que me saquen la piel en tiritas no me resulta muy simpático!
ResponderEliminarUn abrazo G.
Yo creo más bien que tu caso sería diferente: a lo mejor te usarían de modelo a copiar, seguro! :)
EliminarLeerlo en los cincuenta daría aún más miedo. Llegaremos a ver algo así, probablemente, pero da escalofríos.
ResponderEliminarEstamos tan acostumbrados a los mundos que recrea la ciencia ficción, que un relato tan "inofensivo" aparentemente sigue sorprendiendo aún hoy. Porque pone en tela de juicio nuestros valores.
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