[de internet] |
“Algunos domingos, mi tío Ginés se viene a nuestra casa
después de la comida acompañándose en el camino de ese sol obsequioso que sale
para todos, o seguido de ese resol brillante que se desmenuza en las fachadas
de los edificios como un terrón de azúcar, y lo cuela, al sol, en nuestro
comedor por los cristales del balcón, que dan al río, que ahora fluye
adormilado como un gato al resolano, y mi tío aparta un tapete de ganchillo y
se sienta en un extremo del sofá, queriendo no arrugar las cosas, ni estorbar,
y entonces nos congregamos mi tío, mis padres, mis hermanas mayores, mi
abuela…, durante toda la tarde, y a veces hasta entrada la noche, ante el altar
tembloroso del televisor. Yo me quedo todo ese rato en suspenso, sumergido en
el transcurrir de las horas, persuadido de que soy parte carnal de los minutos,
y de esta manera estoy convencido de que el tiempo no pasa o no fluye, de que
el tiempo permanece, porque yo permanezco arrebatado por programas de
televisión que se llaman, por ejemplo, Tarde
para todos, en cuyo título constato la doble verdad dominical de que es por
la tarde y de que estamos todos.”
Los príncipes
valientes, de Javier Pérez Andújar -2007-
En esta su primera novela, Pérez Andújar nos relata su infancia en una ciudad del extrarradio de Barcelona, junto al río Besós. Una infancia influida por el barrio obrero y rojo en el que vive, por su familia inmigrada, por los relatos de una madre que le explica sus orígenes rurales, por las series y programas de televisión; pero también por su inmersión en el mundo de la literatura, a través de la ávida lectura de tebeos, libros de quiosco o adaptaciones de clásicos. Junto a su amigo Ruiz de Hita.
ResponderEliminarPara mí lo más destacable es el relato emocionado que va tejiendo, en forma de aluvión poético, con un esmerado gusto por las palabras y las metáforas, recreando imágenes en el lector a fuerza de detalles evocadores.
Creo en las señales, y por casualidad acabo de leer el pregón de las Festas de la Merçé de este año, de Pérez Andújar, y me he quedado boquiabierta ante su hermoso recorrido por esa Barcelona que tanto quiero, porque soy barcelonesa, aunque naciera en Madrid, y cómo él dice, es un hecho irrelevante pues era muy pequeña.
ResponderEliminarAhora llegó hasta tu rincón de lectura y vuelvo a toparme con su "relato emocionado"... Sé que voy a buscar alguno de sus libros y empezar a leerlo, puede que éste mismo.
Un beso,
¡Qué alegría saber de ti!
EliminarSí, hazlo, mójate de Pérez Andújar, este que te muestro aquí es una auténtica joya literaria. Te gustará, aunque sea de la periferia y Barcelona sólo aparezca en la bruma que levanta el Besós.
DE todos los que estaban ya no queda nadie.
ResponderEliminarPrimero falleció el televisor.
Luego los televidentes.
Completamente de acuerdo. Fallecimos también mi tele y yo misma.
EliminarTransmite mucho , a mi personalmente lo que es la unión familiar.
ResponderEliminarBesos.
Entonces te recomiendo su lectura, es entrañable sin caer en la ñoñería, y terriblemente poético.
EliminarNo leo novelas nunca me interesaron Estoy al tanto del mundo actual.
ResponderEliminarRecorro blogs en mis tiempos libres
y escribo para quitarme lo que soy
Me gusta google y leo lo ultimo que esta pasando alrededor
Es una opción, nada que objetar.
EliminarPero, en este caso, el libro de Pérez Andújar es autobiográfico y, sin su testimonio, podríamos llegar a pensar que algunas cosas de las que vivimos, los que más o menos tenemos su misma edad, nos las inventamos, o las recordamos porque alguien nos las ha explicado. Sin embargo, no es así. Yo que he vivido en el extraradio de Barcelona, como él, leo lo que explica y es como si hubiera puesto voz también a mis vivencias.
Reconozco que el presente que nos rodea me interesa lo justo, me gusta volver atrás y salir a flote con lo único que me pertenece algo, mi propia historia.
Me gustan esas reuniones, las he vivido y las he perdido.
ResponderEliminarHoy , leyendo aquí, he rebuscado entre mis cometas sin bridas y...
Gracias por traer esas palabras.
Un saludo.
De nada Jaime, un placer haberte traído algo que fue y sigue siendo tuyo.
EliminarUn saludo.