[Budapest, por ejemplo, de ge minúscula]
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“La ciudad natal es un soportal bajo el cual te vino por
primera vez una idea a la cabeza; es un banco donde te sentaste a meditar sobre
algo que no comprendías; es un instante de vértigo durante una zambullida en el
río, donde de pronto tuviste el recuerdo de una existencia anterior; es un guijarro
hallado en el fondo de un viejo cajón, que no sabes por qué guardaste; es el
sombrero de tu profesor de Religión, con una gran mancha oscura; es la angustia
que te oprimía el corazón antes del examen de Historia; son los juegos extraños
que nadie comprendía y de los que te habría avergonzado hablar; es una mentira
cuyas consecuencias atormentarán tus sueños toda la vida; es un objeto valioso
en la mano de una persona; es una voz, oída una noche a través de la ventana
abierta, que nunca olvidarás; es una habitación iluminada, y son los flecos en
el bajo de una cortina.”
Los rebeldes, de
Sándor Márai -1930-
Jóvenes descolocados. Que parecen no entender que una guerra lo cambia todo. Jóvenes que huyen hacia adelante, cometiendo estragos y abandonándose a pasiones secretas.
ResponderEliminarMárai da cuerpo y densidad a todo lo que escribe. Retratos que a mí sólo se me ocurrirían con horas y horas de silente observación… ¡¡y mucha práctica!!...
Despojando a los sujetos de sentimentales cargas para devolverles un atuendo que se acomoda a lo que inventamos de ellos.
Marai describe con tal perfección que más que leer sus letras vemos lo que nos expone.
ResponderEliminarLo vemos y somos capaces de entender sus circunstancias.
ResponderEliminarQué revoltillo de sensanciones. Pero me voy y no "pillo". Lo siento. Será la hora oscura o el hecho accidental de hallarme en mi ciudad natal.
ResponderEliminarBesosss.
Quizás sea por el revoltillo, por que en definitiva la ciudad natal lo es todo cuando no has salido de ella, aun yendote lejos.
EliminarO por la hora oscura. :)