[de internet] |
“Hace un día radiante, corre una brisa fresca; es la tarde
de mayo perfecta para una excursión… Para vestir a Aguri con prendas
favorecedoras, atildarla como una mascota adorada y luego subirla a un tren en
busca de algún escondite delicioso. Un sitio que tenga un balcón al mar azul, o
un balneario con puertas de cristal que dejen ver el follaje tierno del bosque,
o un hotel sombrío y retirado del barrio extranjero. Y allí empezará el juego,
ese juego encantador que es su sueño permanente, que es su única razón de
vivir… Entonces Aguri se estirará como un leopardo. Un leopardo con collar y
pendientes. Un leopardo amaestrado, que sabe exactamente lo que tiene que hacer
para complacer a su amo, pero cuyos ramalazos ocasionales de ferocidad hacen
que su amo se estremezca. Que salta y le araña y le golpea, que se abalanza
sobre él y acaba haciéndole pedazos y secándole el tuétano de los huesos… ¡Un
juego letal!”
Aguri, de Junichiro Tanizaki
-relato de 1922-
Este relato lo encontrareis en el libro recopilatorio “Siete cuentos japoneses” y, junto con el resto, descubriréis la lírica inquietante, oscura y a veces macabra de Tanizaki. Sin perder su estilo elegante y detallista, perturba lentamente los pliegues conscientes del entendimiento haciéndonos gozar a cada renglón de escritura y llevándonos al abismo perverso del deseo más carnal.
ResponderEliminarMe encanta este relato, g, y la foto, preciosa. Voy a apuntarlo en mi lista. Gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarUn beso,
Seguro que te sorprendera Tesa, no dejes de leerlo y busca la ocasión para ello.
EliminarUn beso.