[Jackie y John Kennedy]
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“No rechaza que la mujer sea la instigadora de una cita; de
hecho, considera que un contacto visual, una sonrisa o un saludo constituyen
una “instigación”. Del mismo modo, nuestro hombre no es en absoluto reacio a
ser el primero en proponer sexo: suele ser su modus operandi. Pero descubre que
está prisionero. Las toxinas sexuales circulan con una abundancia vertiginosa y
le producen cefaleas, náuseas y espasmos musculares, y la visión ocasional de
una mujer físicamente atrayente libera en algún punto interior una espita que
vierte más fluidos en su organismo y le inflama el conducto genital, ya
tumefacto; en consecuencia, el cirujano que le operó de la próstata le receta
una breve serie de antibióticos para evitar la infección del tracto urinario, y
el doctor Curalotodo, por su parte, le aconseja que el mejor remedio es la
eyaculación, no mediante un simple onanismo, sino a través de un proceso de
plena relación sexual con una compañera estimulante, como el único método
eficaz de liberar los jugos supurantes que llevan acumulándose semanas
seguidas.
El doctor Curalotodo es el único de sus médicos que
comprende que el paciente sufre un síndrome de abstinencia, un diagnóstico de
adicción.”
Un adúltero americano,
de Jed Mercurio -2009-
La presidencia de John F. Kennedy novelada, para desmontar la fachada perfecta del hombre de estado. Enfermo empedernido de poder, de sexo, de medicamentos.
ResponderEliminarMi mayor descubrimiento del año pasado.
Tomo nota porque el párrafo elegido me resulta muy interesante
ResponderEliminarEl tono del libro es bastante parecido al que recoge el fragmento escogido. Una mezcla entre realismo y sarcasmo mal disimulado. De tan increíble que la historia parece a veces, sacudes la cabeza intentando volver a enfocar la foto fija, impecable, que tienes bien aprendida del personaje. Aunque no siempre se consigue.
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